Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, instaurado en 2003 por la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio. En Argentina, la fecha también fue adoptada como Día Nacional de la Prevención del Suicidio, con actividades de sensibilización en distintas provincias y municipios.

El suicidio es una de las principales causas de muerte entre jóvenes y adultos en el mundo. La OMS estima que cada año más de 700 mil personas pierden la vida de esta manera, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos. En Argentina, las estadísticas muestran un incremento sostenido en la última década, especialmente entre adolescentes y jóvenes, lo que convierte a la prevención en una prioridad de salud pública.

Durante esta semana se desarrollan charlas, talleres, caminatas y campañas de concientización en diversas provincias, bajo el lema “Crear esperanza a través de la acción”. La consigna apunta a generar espacios de diálogo, identificar señales de alerta y brindar apoyo a quienes atraviesan situaciones de crisis.

En Santa Fe y Santo Tomé se llevan adelante jornadas comunitarias con la participación de profesionales de la salud mental, familiares y voluntarios. El propósito es derribar prejuicios, ofrecer información sobre recursos de ayuda y promover el cuidado colectivo.

Los especialistas destacan que el suicidio puede prevenirse si se interviene a tiempo. Escuchar sin juzgar, acompañar y facilitar el acceso a profesionales resultan pasos fundamentales. En Argentina existen líneas de atención gratuita y confidencial, como el 135 en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, el 011-5275-1135 desde cualquier punto del país y el 911 en situaciones de emergencia.

La conmemoración del 10 de septiembre recuerda que la prevención del suicidio es un compromiso compartido entre gobiernos, instituciones, familias y comunidades. Hablar, escuchar y acompañar puede salvar vidas.