Santo Tomé, 5 de septiembre de 2025 – En un contexto de creciente digitalización, el aprendizaje del uso del celular puede resultar complejo para muchos adultos mayores. Especialistas señalan que el verdadero desafío no es solo enseñarles a utilizar la tecnología, sino acompañarlos con paciencia y confianza para que esta herramienta se convierta en un apoyo y no en un obstáculo.

El celular puede mejorar notablemente la calidad de vida: permite mantener contacto fluido con familiares, acceder a servicios médicos y realizar trámites, además de brindar opciones de entretenimiento e información. No obstante, el proceso de aprendizaje puede generar inseguridad o temor, por lo que la ayuda de hijos, nietos, voluntarios o instituciones comunitarias es fundamental para que los mayores se sientan motivados y seguros al explorar sus funciones.

Aprender a manejar aplicaciones útiles también fortalece la autonomía, ya que facilita recordatorios de medicación, gestión de turnos o alertas de emergencia. Al mismo tiempo, el acompañamiento protege frente a riesgos digitales como estafas o la difusión de información falsa, fomentando un uso responsable y seguro.

Los beneficios también se extienden al plano emocional y cognitivo. Estudios indican que la alfabetización digital en adultos mayores contribuye a mejorar la autoestima, estimular la memoria, la atención y la capacidad de aprendizaje. Compartir este proceso en familia o en talleres comunitarios refuerza la integración social y el bienestar emocional.

La enseñanza tecnológica a personas mayores es un compromiso intergeneracional. La paciencia, la empatía y el acompañamiento resultan esenciales para garantizar que los adultos mayores no queden excluidos en un mundo en el que la tecnología avanza con rapidez, y puedan disfrutar plenamente de sus ventajas.