Este miércoles se conmemora el Día Mundial de los Primeros Auxilios, una jornada que subraya la necesidad de que cualquier persona, sin ser profesional de la salud, conozca cómo actuar frente a una emergencia. Los primeros minutos tras un accidente, una descompensación o una crisis son decisivos, y maniobras simples como la reanimación cardiopulmonar (RCP), el control de hemorragias o la atención inicial ante una obstrucción respiratoria pueden salvar vidas hasta que llegue la ayuda médica.

En ciudades como Santa Fe y Santo Tomé, donde los accidentes domésticos, los siniestros viales y las urgencias médicas forman parte de la vida cotidiana, contar con vecinos, docentes, choferes, padres y trabajadores capacitados refuerza la seguridad comunitaria y genera mayor tranquilidad en ámbitos escolares, deportivos, laborales y públicos. Según especialistas, la formación en primeros auxilios no solo salva vidas, sino que también reduce el pánico en situaciones críticas, organiza la respuesta y aumenta las chances de una recuperación sin secuelas graves.

En la región existen diferentes alternativas para aprender estas técnicas. La Cruz Roja Argentina, filial Santa Fe, dicta cursos de primeros auxilios y RCP con prácticas presenciales, incluyendo el uso de desfibriladores automáticos y certificación. La Universidad Católica de Santa Fe ofrece periódicamente capacitaciones comunitarias con cupos limitados. El Ministerio de Salud provincial organiza talleres gratuitos en diversas localidades, entre ellas Santo Tomé, a través de la Secretaría de Emergencia y Traslado. En tanto, el Hospital SAMCo de Santo Tomé, junto a Protección Civil local, impulsa cursos básicos de RCP y primeros auxilios abiertos a la comunidad.

La conmemoración recuerda que cada ciudadano puede ser el primer eslabón en la cadena de la vida. Capacitarse en primeros auxilios es un acto de solidaridad y responsabilidad que puede marcar la diferencia en un momento crítico.