Especialistas en nutrición destacan que incorporar frutas a la dieta diaria es clave para mantener una buena salud y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Aunque la Organización Mundial de la Salud recomienda al menos cinco porciones por día, en Argentina el consumo promedio se encuentra por debajo de esa cifra, lo que genera preocupación en el ámbito sanitario.

Las frutas son una fuente natural de vitaminas, minerales y antioxidantes. Su ingesta regular contribuye a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión gracias a su aporte de fibra, reducir el riesgo de afecciones cardiovasculares, prevenir obesidad y diabetes tipo 2, y proteger la piel mediante la acción de antioxidantes que retrasan el envejecimiento celular.

Los nutricionistas subrayan la importancia de promover este hábito desde la infancia, incorporando frutas en el desayuno, la merienda o como colación escolar, de modo que se convierta en una costumbre a lo largo de la vida.

Entre los principales desafíos se encuentra el acceso condicionado por factores económicos o estacionales. Sin embargo, se recomienda priorizar las frutas locales y de estación, que suelen ser más económicas, nutritivas y sabrosas. Además, su consumo puede diversificarse a través de ensaladas, jugos naturales, compotas o postres caseros, siempre evitando el agregado excesivo de azúcares.