Hoy se confirmó que la tecnología de pago por proximidad, conocida como NFC (Near Field Communication), ya es una realidad cotidiana para muchos argentinos. En pocos segundos y sin sacar la billetera, basta acercar el celular o un smartwatch a un datáfono compatible para completar una compra. Se trata de un método que combina velocidad, seguridad y comodidad.

El procedimiento funciona así: primero cargás tu tarjeta de débito o crédito en una app tipo Google Pay, Apple Pay o Modo. Una vez configurada, el móvil actúa como tu nueva “tarjeta” y, al deslizarlo sobre el lector, envía datos cifrados. Además, exige autenticación —huella, rostro o PIN—, lo que aumenta la protección contra usos no autorizados.

Desde empresas como Visa destacan que el sistema es ideal tanto para comprar el café matutino como para pagos mayores, manteniendo altos estándares de privacidad. Al no transmitir información sensible directamente al comercio, y con tokens únicos por cada transacción, la experiencia es segura y rápida.

En resumen, acercar el celular al momento de pagar ya no es una opción del futuro: es el presente diario. Y a medida que más comercios adoptan datáfonos habilitados, el uso del NFC crece con buen ritmo.